Alrededor de 800 bailarines cerraron el certamen en Jaca mostrando su folclore ante más de 40.000 personas.

Alegría, baile, fiesta, folclore, vistosidad, emoción, espera y tristeza por la despedida. La de ayer fue una tarde de sentimientos contradicctorios en Jaca con motivo del desfile de clausura del 50ª Festival Folclórico de los Pirineos. Nadie quiso perderse el adiós al certamen, que reunió a alrededor de 40.000 personas en las calles; porque si algo tiene este certamen es que la calle es el punto de encuentro entre participantes, jaqueses y visitantes de todo el mundo.
El desfile, que duró más de dos horas y media, recorrió la Avenida Oroel, la calle Mayor y la Avenida Regimiento Galicia. En el centro, los 22 grupos participantes, que reúnen a más de 800 bailarines llegados de países tan diversos como Alemaina, Armenia, Colombia, Kalmukia, Tanzania, Italia, Uzbekistán, Taiwán o Tartastán. Y por supuesto España; y Aragón. Viéndolos pasar y participando con palmas y bailes, miles de personas disfrutando del folclore que durante cuatro días ha inundado Jaca. El de ayer fue un desfile especial, ya que fue hacía exactamente 56 años, otro 4 de agosto, cuando se había celebrado el primero.
Pero aún quedaba la traca final, la que tuvo lugar tras concluir el pasacalles, en la plaza Biscós, una fiesta amenizada por los jaqueses DJ Santoor y Kamaleónicos, en el que se dieron cita público, grupos y voluntarios, los tres puntos cardinales de este festival.
Pero antes de esta última actividad, el día estuvo amenizado por la mañana con otro pasacalles, con un encuentro en el Salón del Ciento del Ayuntamiento de Jaca, donde tuvo lugar el intercambio de regalos (una placa y una fotografía de su paso por Jaca, así como variada muestra de artesanía y productos típicos) entre los grupos participantes y el reconocimiento a personas e instituciones que han hecho posible su celebración en este más de medio siglo de vida. Y con la puesta en escena, en el Palacio de Congresos, del espectáculo Alma Universal, que con dirección de Susana Ara y participación del Joven Ballet del Pirineo, llevó a todos los asistentes a a descubrir la esencia de la multiculturalidad, uno de los principales valores que defiende el estival.
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